Usualmente se dice de los estudiantes de Comunicación que no tienen definido su objeto de estudio. Es que es taaaan...¿indefinido? Sería algo redundante decirlo así. Para poder descifrar qué es un comunicador quizás sería propicio empezar por buscar qué es la comunicación. Adentrarse en este tema es un tanto complicado, pues como dice el famoso refrán "todo cambia excepto la Ley del cambio (que sostiene que todo cambia, claro está)", y el concepto de comunicación no es la excepción.
Para plantearlo a grosso modo hasta no hace muchos años atrás, se creía la comunicación era un simple traspaso de información. Así, el modelo era la famosa fórmula EMISOR-MENSAJE-RECEPTOR donde en el medio de la ecuación podíamos encontrar especificado y detallado cuál era el código, el canal, el ruido, etc. Ahora bien, a simple vista suena un poco básico para poder explicar la complejidad de los procesos de comunicación que hoy por hoy conocemos.
No podemos negar que para que haya comunicación tiene que haber personas, pensamiento, lenguaje, canales, pero no es lo único.
La comunicación es un proceso demasiado rico y amplio como para limitarlo a la idea lineal de alguien que transmite y otro, que así nomás, decodifica lo que otro codificó y responde. En un proceso de comunicación quienes participan reciben todo tipos de mensajes, no sólo verbales; en el momento de la interpretación se pone en juego la idea de sujeto, todo el universo de saberes previos, su matriz cultural y todo aquello que hace que su interpretación sea producción de sentido, y no una mera respuesta. Con esta idea, damos al receptor un lugar activo, como al emisor, pudiendo hasta perder los límites que estas denominaciones imponen.
Todas estas son ideas muy generales, que por supuesto, no dan explicación a todo el fenómeno, pero si abren las puertas a este espacio virtual donde quiero compartir con ustedes todo aquello que creo interesante y de valor de este proceso mágico que es la comunicación.

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