Ayer fue Twitter, hoy es Facebook. Yo pensé que la conexión de internet era la responsable de no dejarme entrar, pero no, y me enojé. Estas cosas de las e-motions. Lo destacable es que no soy la única enojada, pues al parecer Greenpeace tiene algunas razones más valederas para estar descontento.

Resulta que Facebook pretende crear un centro más en Estados Unidos, el Data Center en Oregón, y para abastercerlo necesita energía, ¿que provendrá de dónde?, del carbón. En palabras de Greenpeace "la fuente de energía más sucia y la que más colabora con el cambio climático". Pueden leer la nota completa, si les interesa, en Cambiando a Facebook desde Facebook.

Pensando en cuántos serían capaces de dejar de usar Facebook, para boicotear estas actitudes, recordé que ayer fue el Día Mundial Sin Automóvil. En mi ciudad hubo un día de perros, lluvioso sin parar. Mientras volvía veía a todos huir en sus autos, y pensaba en cuánto sería el porcentaje de probabilidad de que algún día las cosas nos entren en la conciencia. 

El titular de Los Andes, de Mendoza en Argentina, por ejemplo fue Mendoza celebró el Día Mundial Sin Autos plagada de... autos. México celebró plantando un árbol, en auto por supuesto, y en Colombia directamente está prohibido circular en este día por medio de un referendum. En Ecuador, hubo tres heridos por accidentes de coches, y en Galicia, España, el día pasó de largo, pues la gente decía "No sabía que era el día mundial sin autos".

Y ¿qué hay de Rosario? Bien, la Municipalidad inauguró al parecer dos nuevas ciclovías y la Masa Crítica se mueve sin parar sobre dos ruedas, y ellos insisten: "Señor, señora: use la bici!".

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