Hace poco me tocó formar parte como oradora de una charla en donde nos propusimos analizar el lugar de la mujer en la industria de la comunicación, asociadas al marketing y la creatividad, como así también los estereotipos y roles de las mujeres dentro de las publicidades y sus mensajes. No soy tu nicho, reunió a cuatro mujeres de la industria en torno a una charla-debate.

Primera vez para mí abordando públicamente este tipo de debates. De hecho, estos debates se cuecen a diario en lo íntimo de una charla con amigos y amigas, o incluso de la agencia entre café y café. Me acerqué al feminismo mucho antes de cualquier charla, y como muchas otras mujeres, a través de experiencias personales que me hicieron cuestionar nuestro lugar.






En la sede de la Universidad Nacional de Rosario, y junto a la Asociación de Profesionales de Marketing (APMKT) abordamos un tema que se vuelve un tanto ríspido, sobre el cual no llegaremos a abordar conclusiones tan fácilmente. Más cuando nos pensamos como profesionales de la comunicación que se mueven muchas veces entre clientes ambiciosos y una sociedad en constante cambio. 

La experiencia fue muy grata y de aprendizaje para mí. Pude compartir espacio con otras mujeres de la industria donde justamente analizamos el paulatino cambio que se está dando a nivel comunicación sobre los mensajes que emitimos. Entre la presentación de casos hoy les traigo uno que me parece especialmente interesante sobre este enfoque que de a poco va cambiando. #Adpology:



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