Voy a desplegar un poco de ego, a tirar del piolín para desenrrollar la historia de este camino que transito. Porque a decir verdad desde que era pequeña había algo particular que en ese momento nadie sospechaba que sería una señal. 


Cuando era niña, al no tener hermanos, inventaba mis propios juegos para pasar el rato. No, no es que no tuviera amigas, pero las de verdad vivían lejos y se hacía complicado compartir el juego del día a día. en el barrio no abundaban los infantes de mi edad, más bien eran unos grandulones que se juntaban a tomar.


Tenía muchos juegos, pero la característica básica era la pasión por la comunicación (y no es lo que yo quiero creer eh!, era así). Mi vieja tenía miedo de que me fuera con el primer extraño que me cruzara, porque a todos saludaba yo con una amplia sonrisa y empezaba a entablar relaciones. Sí, sí, lo que se dice una chica "muy dada".

En casa, hacía programas de radio con un viejo grabador (bueno, viejo es ahora) con cassette, y le daba duro al "REC". Hacia revistas, utilizando la famosa técnica escolar del "recorta y pega", e inclusive daba clases, charlas y conferencias. Obviamente los asistentes eran siempre los mismos, las muñecas y los peluches, o en su defecto mis viejos. 


Estaban claras algunas cosas: me gustaba expresarme, no era para nada tímida y entablaba relaciones con toda persona que conocía. También era bastante discutidora, nunca me gustaron los "porque sí". Pero ahora bien, cuando me preguntaban qué quería ser cuando fuera grande la respuesta era "maestra". Entonces empecé la escuela...


Quizás te debe haber pasado, ¿sos lo que decías que querías ser cuándo fueras grande?

No hay comentarios.:

Visitas